Ahora sabemos por qué es un juego tan adictivo... porque es tan fácil que hasta los monos pueden jugar. En un almacén de muebles de Houston, Texas, un empleado cedió a dos monos capuchino un IPad 3 con Angry Birds Space para averiguar el grado de agilidad de éstos, con increíbles resultados. Sasha y Thor, los simios en cuestión, consiguieron deslizar el pájaro y derribar la fortaleza de los cerdos, llegando a superar el nivel con una alta puntuación.
Una prueba más de la subestimada inteligencia de estos simpáticos animales.
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