En ella, un hombre explicaba: "¡Hola! No me conocen, pero mi preciosa mujer (Carol) de 43 años murió la semana pasada. Hoy he cenado solo por primera vez. Vosotros me recordáis a cómo éramos nosotros hace muchos años. Por favor permitidme pagar vuestra cena. ¡Disfrutadla! Pondrá una sonrisa en la cara de Carol y me hará feliz... por ahora. ¡Feliz año nuevo! Lee B."
Conmovido por esto, un hombre de Kentucky llamado Seth Collins ha convertido la última voluntad de su hermano, ahora fallecido, realidad: dejar a alguien una propina increíble. Collins está viajando por todos los Estados Unidos, obsequiando a los camareros con 500 dólares de propina en cada establecimiento.
No son las tragedias lo que nos define, si no la manera que tenemos de afrontarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario