John Osborne, un anciano fallecido hace dos meses a los 79 años de edad, dejó toda su herencia a la localidad donde residía, un pequeño pueblo de Florida llamado Belleair, que cuenta con tan sólo 3800 habitantes. Con sólo un familiar vivo, una hermana que reside en Nueva York, Osborne entregó todo su patrimonio a esta localidad. Los vecinos entrevistados por la prensa aseguran que nunca habían imaginado que el señor Osborne, que vivía en una modesta casa de estuco en un discreto callejón sin salida, poseyera esa cantidad de bienes. Reconocen que era un hombre amable y amigable, pero muy reservado y misterioso en lo referente a su vida privada. Vivía solo, y a penas se le podía vislumbrar caminando por las calles de Belleair. El alcalde ha afirmado que les llevará un tiempo organizar la inversión de tal cantidad de dinero en incrementar la calidad de vida de la localidad, aunque ya se ha confirmado que se incrementarán los sueldos municipales y se mejorarán las infraestructuras existentes en el pueblo. El alcalde afirma que Osborne estaba al tanto de la buena administración y gestión económica con la que contaba el ayuntamiento, asegurando que de lo contrario "no habría otorgado tan generosa donación". Ésta es una prueba más de que la generosidad y los actos humanitarios siguen estando a la orden del día, a pesar de los tiempos que atravesamos.
Fuente: www.20minutos.es
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