Virginia Perez Buendía, de 86 años, quería crear una fundación benéfico-educativa con su herencia para los habitantes de su pueblo, y su deseo se materializará a través de la Fundación Perez Buendía, presidida por el alcalde, el párroco y el juez de paz, junto a cinco personas más. De esta forma la labor educativa del uso de la herencia estará garantizada.
Virginia falleció el pasado mes de septiembre en su piso de Madrid, pero nadie se percató hasta semanas después. "Al no tener familia directa ni hijos, nadie la echó en falta" dice el alcalde del pueblo, Pedro Esteso. Fue enterrada en Valverde de Júcar en el mes de noviembre.
Hay cien niños en el colegio de la localidad, pero los estudiantes de grados superiores deben abandonar el municipio para continuar su carrera académica. Por esto, el alcalde ve la donación como una buena inversión para conceder becas.
Virgina era una mujer muy especial, según relata Esteso, pero era algo huraña y poco sociable. Es por ésto por lo que su herencia ha pillado por sorpresa a todo el pueblo.
Fuente: 20 Minutos
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