Marsha Kreuzman aún recuerda, 70 años después, el momento en el que, tumbada en el suelo del campo de concentración nazi en el que estaba destinada, quería morir. Había perdido a sus padres y su hermano a manos de los alemanes, de las maneras más terribles que jamás podría imaginar. Su padre y su hermano fueron asesinados en su presencia, y su madre fue la primera pérdida de la familia. Los nazis la obligaban a hacer los trabajos más duros, y cuando le era imposible, la castigaban sin piedad. Fue destinada a Mauthausen para finalizar su vida, y allí esperaba, sin esperanza, esa muerte que parecía tan tranquila, en comparación con su trágica situación.
En ese momento, un soldado americano la recogió del suelo, la abrazó y dijo "Ya eres libre". Después, Marsha fue trasladada a un hospital de la zona, donde fue cuidada hasta que estuvo completamente curada.
Desde entonces, Kreuzman, que ya ha cumplido 90 años, ha estado toda su vida buscando a ese soldado, para honrar su acto heroico y agradecerle en condiciones. Hace un mes, el reencuentro fue posible casi por casualidad.
Tras la guerra, Marsha se mudó a Inglaterra para luego trasladarse a Estados Unidos. Allí se convirtió en enfermera, y trabajaba en Nueva Jersey. Al mismo tiempo, el soldado salvador, Joe Barbella, construía la casa de sus sueños junto a su mujer, Anne.
70 años después, y tras varios intentos fallidos por parte de Marsha de encontrar a Joe, ésta vio un anuncio en un periódico del 65 aniversario de bodas de Joe y Anne Barbella. El anuncio decía:
"El veterano de la Segunda Guerra Mundial, Joseph, trabajó en la División 11, la cual liberó a los prisioneros del campo de concentración Mauthausen".
Al día siguiente, Marsha, con lágrimas en los ojos, llamó a los Barbella. Le dijo a Anne que era una de las judías que Joe liberó. Ambas acordaron un encuentro la semana siguiente en casa de los Barbella.
Kreuzman asegura que la acogieron con los brazos abiertos. La charla duró dos horas, y ambos sienten que se conocen de toda la vida. Ahora, son amigos, aunque Joe es algo tímido con lo referido a su acto heroico: "Sólo soy un soldado normal" aseguraba.
Ahora, Marsha y Joe celebran juntos las Navidades con sus familias, y ella le ha comprado varios regalos: "Merece ser recompensado" declara.
Fuente: http://www.huffingtonpost.com/2014/01/04/holocaust-survivor-meets-liberator_n_4537285.html?utm_hp_ref=good-news&ir=Good%20News
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